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jueves, 2 de mayo de 2013

Arquitecturas de Riobamba

IGLESIAS COLONIALES DE RIOBAMBA


Riobamba es una ciudad de Ecuador, conocida también como: “Cuna de la Nacionalidad Ecuatoriana” , “Sultana de los Andes”, “Ciudad Bonita”, “Ciudad de las Primicias”, “Corazón de la Patria”, por su historia y belleza, es la capital de la provincia de Chimborazo. Se encuentra en el centro geográfico del país, en la cordillera de los Andes, a 2.754 msnm, en el centro de la hoya del Chambo, en el centro de varios volcanes, como el Chimborazo, el Tungurahua, el Altar y el Carihuairazo.
La ciudad fue fundada en 1534 cerca de la laguna de Colta y constaba en la documentación colonial como Villa del Villar Don Pardo del Perú. En 1799 se trasladó hasta el lugar que ocupa hoy en día, convirtiéndose en la primera y única ciudad planificada del Ecuador. Durante un breve período, tras la fundación de la República del Ecuador, fue la capital del país.
Según datos oficiales del INEC según el censo del 2010, la ciudad, entendida como área urbana, tiene 146 324 habitantes.1 La superficie delimitada por el perímetro urbano de la ciudad es de 1150,2 km².



La fachada fue levantada con piedras de antiguos templos.
La Catedral de Riobamba es distinta, única. Su presencia es un icono de la ciudad, aún sin conocer los detalles de su construcción, donde también radica su encanto.
La Catedral es el nexo imborrable entre el pasado y presente de la ciudad, porque fue edificada con piedras labradas que fueron rescatadas de los escombros tras el terremoto de 1797. Es la muestra palpable del mestizaje, de la pujanza de los riobambeños, del triunfo sobre las adversidades. En ella convive la riqueza cultural, artística, histórica de la antigua villa colonial y la nueva ciudad que la construimos día a día.
La iglesia Matriz de la nueva Riobamba se construyó en 1865 por gestión del cura de Riobamba, Dr. José María Freile. Más tarde se transforma en Catedral, al fundarse la Diócesis de Bolívar.
Descripción
Los documentos históricos describen a la Iglesia como un edificio espacioso y bastante sólido. La fachada está hecha de piedra blanca calcárea, cubierta de dibujos en relieve que representan los misterios del cristianismo, que son comunes en las iglesias de Europa.
Para la nueva iglesia, los riobambeños usaron las piedras traídas de la antigua villa, pertenecientes no sólo a la Matriz sino a las otras iglesias destruidas, y las aplicaron a una fachada que en nada tenía relación con la anterior iglesia principal de la Riobamba colonial.
La “Memoria de la Diócesis de Riobamba” escrita por el Deán Juan Félix Proaño, indica que otros restos salvados del terremoto también fueron utilizados en la nueva iglesia central. Por ejemplo, en un inicio la “custodia preciosa”, la campana mayor, que fue vuelta a fundir con otra que se trajo de la antigua villa, junto con cadenas, anillo, brazaletes, otras piezas de oro y de plata, que fueron arrojadas al fuego por las damas de Riobamba con el fin de que la campana resultare de timbre más sonoro. Además se seguían utilizando el paño del púlpito lacre, bordado de tisú de plata dorada y algunas mariolas y candileros, también de plata.
Detalles arquitectónicos
El arquitecto Mario Murillo, quien actualmente concluye una Maestría en Rehabilitación Urbana y Arquitectónica, explica que la Catedral de Riobamba presenta un estilo único, prototipo de un estilo ecléctico (amalgama de varios estilos), con detalles predominantes en características barroco-mestizas. Abundan los elementos ornamentales: pasajes bíblicos, y detalles florales. Esto sería una característica del barroco. “En el barroco hay una profusión de ornamentación, que va con la imaginación del artesano y del diseñador”, indica.
Si trazamos una línea imaginaria sobre la mitad del rosetón central, podremos determinar que lado izquierdo y lado derecho son simétricos, aunque a nivel de ornamentación tienen particularidades.
La fachada de la Catedral presenta un ensamblaje de las piedras traídas de la antigua Riobamba. Está compuesta de tres niveles. El primero, el zócalo, presenta diferentes clases de piedras traídas de las canteras, principalmente de Yaruquíes.
Las molduras (parte saliente de perfil uniforme, que sirve para adornar o reforzar obras de arquitectura, carpintería y otras artes) se muestran a partir del segundo y tercer nivel.
El tercero presenta tres torres, la del centro es de tamaño distinto a las laterales; este hecho le confiere más importancia y por ende es la que contiene la efigie de San Pedro, patrono de la ciudad.
Esta torre está construida con ladrillo visto, lo cual en materia de restauración, quiere decir que su intervención es reciente.
Las torres rematan en sendos cupulines (cúpulas de pequeño tamaño), que sirven para dar mayor esbeltez. Encima de ellos sobresalen pináculos, y el del centro remata con una cruz.
Para Murillo, los elementos arquitectónicos y estilísticos son importados de Europa, pero los artesanos de la Catedral adaptaron esos cánones y le dieron un tratamiento mestizo y acorde con el entorno.
Columnas
Los griegos crearon tres órdenes arquitectónicos aplicados a las columnas: dórico, jónico y corintio. Los romanos añadieron un cuarto, el toscano. El orden compuesto se impuso a principios del renacimiento.
Murillo afirma que las columnas presentes en la Catedral no corresponden a ningún orden específico. “Es un tratamiento a lo mestizo. La columna remata en un capitel, que no corresponde a ningún orden clásico. Ahí vemos la brillantez de interpretación de nuestros artesanos, pues dan un aporte estilístico a lo criollo, en la cual sobresalen elementos florales y religiosos”, añade.
Las columnas de la Catedral tienen dos características. En primer lugar, el fuste (parte de la columna que media entre el capitel y la basa) o largo de la columna no es continuo, también está ensamblado con piedras diferentes. Además presenta estrías; esto último es propio de la arquitectura neoclásica.
Otros detalles
En cuanto a las ventanas, vanos y puerta, corresponden a la arquitectura griega, donde sobresalen los arcos de medio punto: arco circular cortado por la mitad.
Los remates sinuosos a los costados del templo son influenciados posiblemente por la arquitectura italiana. Algo similar se presenta en la Iglesia de Gesú, en Italia.
A continuación de los capiteles se admira cornisas corridas ornamentadas. En el lienzo de la fachada sobresalen elementos escultóricos: pasajes bíblicos, elementos florales, ángeles, círculos, hexágonos, llaves de San Pedro.
Belleza en la diversidad
Los artesanos que edificaron la Catedral debieron haber dado tratamiento a las piedras traídas de los templos de la villa colonial, para que a través de dientes o cuñas pudieran ensamblarse, con la ayuda de barro cocido.
Todos los detalles de ornamentación y estructura tienen una composición armónica en la Catedral, a pesar de juntar detalles de otros templos. Esta característica la hace única. 




La Concepción es una iglesia construida bajo los preceptos del estilo gótico. Los detalles empinados confieren sentimiento de espiritualidad. Los pináculos parecen querer tocar el cielo.
La historia del Monasterio e Iglesia de la Inmaculada Concepción se remonta al año 1605.
En esa época llegó a Riobamba el piadoso Juan de la Cruz Gavilanes, quien consiguió que el cabildo solicitara al Obispo de Quito, Fray Luis López de Solís, el permiso para la fundación de la orden.
El prelado aceptó e inmediatamente envió a la villa, asentada en Sicalpa, a la Madre María de los Ángeles como abadesa y a tres religiosas para la fundación del Monasterio, hecho que se ejecutó el 22 de junio de 1605.
La orden se consolidó en casi doscientos años hasta que el terremoto de 1797 destruyó la edificación, mató a la mitad de la comunidad y provocó el exilio de las sobrevivientes hacia el Convento del Carmen en Quito.
En “Memoria de la Diócesis de Riobamba”, escrita por Juan Félix Proaño, se registra que ya asentada la nueva ciudad, en 1799, el cabildo concedió una gran cantidad de terreno para las conceptas y los moradores construyeron celdas pequeñas de paja, que recibieron a las 13 religiosas enviadas desde Quito el 22 de septiembre de 1800.
La desgracia no estuvo exenta en esta nueva etapa, pues nueve años después las celdas se incendiaron, y debieron construirse casas pequeñas separadas. El primer obispo de Riobamba, José Ordóñez, ordenó la edificación del claustro principal.
El 8 de diciembre de 1890 se incendió la iglesia del Monasterio y desapareció la techumbre; gracias a la intervención de los moradores de Riobamba se pudo evitar la desaparición del resto del claustro y las efigies del Señor del Buen Suceso y de la Inmaculada.
De forma urgente se inició la construcción del nuevo templo, de estilo gótico, que hoy existe. El pueblo de Riobamba y las parroquias vecinas acudieron durante algún tiempo acarreando piedras y otros materiales para la obra. Los planos de la iglesia fueron trazados por el hermano jesuita Ramón Lecanda.
Descripción arquitectónica
En la Iglesia de la Concepción, de estilo neogótico, sobresale el tratamiento de las ventanas de arco ojival, es decir que terminan o rematan apuntadas. En este caso, las ventanas son vitrales de colores.
El arquitecto Mario Murillo, quien actualmente concluye una Maestría en Rehabilitación Urbana y Arquitectónica, resalta que en las tres torres los remates corresponden a pináculos apuntados. El mismo tratamiento se da entre columna y columna.
Cierta parte de las ornamentaciones se realiza con arcos apuntados, lo cual confiere mayor esbeltez. Las formas ojivales también se miran en las puertas.
Una característica del estilo gótico es el decorado con motivos de tréboles o cuadrifolios (cuatro hojas). En la fachada de La Concepción se sigue fielmente este estilo y entre ventana y ventana se ve un rosetón formado por 4 semi círculos. En la parte central se repite el diseño pero a mayor escala.
El zócalo de la fachada es de piedra, y sobre éste se levanta un tratamiento de ladrillo visto. “Los artesanos que construyeron el templo eran magníficos porque lograron dar el tratamiento de pliegues dentro del gran lienzo. Actualmente se ha perdido la técnica de hacer molduras y formas sinuosas como se admira en La Concepción”, asegura Murillo.
El especialista explica que no existe tratamiento de hormigón y que las columnas son las que soportan el peso de la edificación.
Las columnas no corresponden a un orden arquitectónico clásico (jónico, dórico, corintio). Sobre ellas, las cornisas corridas presentan formas geométricas ojivales.
La fachada está compuesta por dos torres laterales y una parte central de menor tamaño, cuya diferencia jerarquiza la nave central. En ésta se observa claramente la reproducción fiel del estilo gótico.
Debajo del rosetón central hay columnas de ornamentación. Entre ellas se observan unas con líneas oblicuas. “Se quiere dar la apariencia de columnas salomónicas. En la Iglesia de La Compañía en Quito se observan éstas pero más pronunciadas. Los artesanos quisieron dar un detalle diverso dentro de una arquitectura definida como gótica”, añade Murillo.
En una de las torres se observa un fragmento hecho con cemento. El arquitecto explica que “hubo un desprendimiento hace diez años y según los cánones de la teoría de la restauración si va a ver una restitución de una obra destruida, el material nuevo o actual debe quedar a la vista”.







Grandioso, monumental, artístico, espiritual, templo adecuado para la gloria de Dios. Éstos son algunos de los calificativos descritos para la Basílica de Riobamba, un templo que retorna a los órdenes clásicos de la arquitectura.
Según cuenta el historiador Carlos Ortiz Arellano, en 1879, el rector del colegio San Felipe Neri, Padre Luciano Navarro, presentó el proyecto, aprobado por la Curia, de levantar un templo al Sagrado Corazón de Jesús.
La idea recibió el apoyo de la Asamblea Nacional de 1882, donde actuaban como diputados por Chimborazo: Pedro Lizarzaburu y Teófilo Sáenz.
Los planos fueron trabajados por el hermano jesuita Román Lecanda, que los concibió a semejanza de “La Rotonda” del valle de Azpeitia en España. La primera piedra se colocó en agosto de 1883; es decir, estamos por recordar 124 años de este hecho.
Casi 32 años tardó la edificación del templo, para lo cual se formó comité especial de apoyo para la recaudación de fondos que siempre escaseaban. Como parte de las gestiones se editó el periódico “El Templo”, dedicado a la promoción del mismo.
Las crónicas de la época, recogidas por Ortiz Arellano, dan cuenta de las dificultades que se presentaron para la consecución de los materiales, especialmente para la cúpula o rotonda.
Los materiales empelados son cantería de buena clase y algún ladrillo, siendo de piedra pómez las cúpulas y bóvedas.
Los trabajos fueron dirigidos por el jesuita cuencano Manuel Guzmán, residente muchos años en nuestra ciudad a la que aportó con la dirección de otra obras.
La consagración del templo finalmente se la realizó en junio de 1915 con la presencia de los obispos Ulpiano Pérez y Juan Riera.
Con motivo de la inauguración se estrenó la custodia mandada a confeccionar en París, con tres esmaltes que representan el escudo eucarístico de la ciudad, el cuadro alegórico de los crímenes del 4 de mayo de 1897 y la misma Basílica.
En tanto, la estatua de Cristo Rey, de 8.5 metros de altura, en la fachada principal fue colocada en enero de 1930, con ocasión del centenario de creación de la República del Ecuador. Es obra del artista cuencano Miguel Sánchez Ruiz.
En el atrio de la Basílica actualmente se encuentran dos bustos en homenaje los sacerdotes jesuitas: José Veloz y Suárez, y Juan Félix Proaño.
Descripción de la obra
Precisamente, Juan Félix Proaño, Deán de la Catedral de Riobamba, en su obra “Memoria de la Diócesis de Riobamba,  toma como providencial el hecho de que las bodas de oro de la Diócesis coincidieran con el mismo año de la inauguración del templo.
Al respecto dice: “Hay obras reveladoras de una gran fe, del elevado sentimiento religioso de un pueblo, que busca para adorar a Dios un lugar digno de su grandeza. La fe de Riobamba se honra con este magnífico templo”.
Con respecto al mérito artístico, reproduce las palabras de Juan Aldama, arquitecto español, que residió en Riobamba y que publicó su opinión en “El Templo” del 26 de noviembre de 1906:
“La buena arquitectura religiosa, no se halla en la República del Ecuador, bien y copiosamente representada: ella ha repudiado aquí el clasicismo, y nunca hasta hoy había extendido sus alas en las altas regiones de los más puros e inspirados ideales. Ahora es cuando el pueblo de Riobamba se remonta hasta lo más alto (…) Templo grandioso y artístico es el que se está hoy construyendo en Riobamba, bajo la dirección de los virtuosos y sabios padres jesuitas, monumento digno de la majestad a quien se dedica”.
Detalles arquitectónicos
En los templos revisados, en semanas pasadas, hemos visto la adaptación de estilos arquitectónicos. Sin embargo, en la Basílica del Sagrado Corazón de Jesús hay un retorno a los órdenes clásicos de la arquitectura. Así lo define Aldama:
“Al orden corintio pertenece el gran monumento: solamente en el exterior del cimborio se dejan ver detalles jónicos.
Su primer cuerpo central lo forma un espacio octógeno de esbeltos arcos, a cuyas pilastras van adosadas hermosas y bien trabajadas columnas con elegantes capiteles.
Dicho cuerpo está coronado por una cornisa del más exquisito gusto, y sobre ella, da principio el cuerpo segundo que es de la misma figura geométrica, llevando a cada lado una ventana de muy buenas proporciones. Este cuerpo termina, a su vez, con una cornisa, que armoniza maravillosamente con la primera.
Sobre la segunda cornisa se levanta un airoso zócalo, y de allí arrancan las atrevidas líneas de artística y esbelta cúpula la que va coronada por graciosa linterna con ocho rasgadas ventanas, y a la que, por remate, se ha puesto el lábaro augusto de la redención (cruz).
Las 16 ventanas del cimborio y la linterna, por su posición elevada, distribuyen la luz por todo el templo de modo suave, resultando un ambiente apacible.
Al primer cuerpo de la parte central descrita (el tambor) circúndale una serie de pequeñas cúpulas, muy graciosas, limitadas por robustos arcos. El ábside corresponde en todo a la majestuosidad del la obra, y el coro, que se halla en su frente, sobre la entrada principal, ha sido objeto de hermosos detalles en su bóveda, para favorecer la acústica”.
Con respecto a la fachada, se observan las columnas de orden corintio, Las tres puertas y cuatro ventanas, presentan vanos con arcos de medio punto (semicirculares), propios del estilo románico. “El conjunto del exterior forma una bonita combinación de cuerpos entrantes y salientes, lo que resulta de aspecto pintoresco y grandioso”, asegura Aldama.
Complementa que el templo, desde el suelo hasta el remate de la linterna, tiene una altura de 40 metros.

IGLESIA SAN ALFONSO 


En su fachada principal se distinguen dos torres de estilo neogótico, un rosetón con la imagen de la Virgen del Perpetuo Socorro y la estatua de San Alfonso. En la fachada lateral se aprecian contrafuertes. Z

En su interior, el diseño y construcción de la nave central le dan un carácter románico. Al ingresar se aprecia el Altar Mayor, cuadros e imágenes muy importantes por su valor cultural.

Se encuentra ubicada frente al mercado que tiene su mismo nombre.

Los religiosos de la Congregación del Santísimo Redentor llegaron a Riobamba en 1870 y ocuparon el convento e iglesia de San Agustín.
La iglesia, muy deteriorada, se destruyó; su nueva construcción se inició el 16 de junio de 1872, con planos del H. Teófilo Richert, que dirigió la obra hasta su finalización. Su inauguración muy solemne se efectuó el 1 de agosto de 1880, con asistencia del Capítulo General. En esta nueva iglesia se destacan los muros, las torres altas y bien dibujadas, la arquería interior y la techumbre de hierro, de estilo neogótico, en su fachada principal se distinguen dos torres, un rosetón, la imagen de la Virgen del Perpetuo Socorro y la estatua de San Alfonso de Ligorio; en su interior se destacan un hermoso altar de pan de oro, cuadros e imágenes de gran valor cultural.

SAN ANTONIO- LOMA DE QUITO

Ubicada en la calle Argentinos y Lavalle. Esta hermosa iglesia está ubicada en la cima de la Loma de Quito, regentada por los padres franciscanos; en su construcción, se destacan sus cúpulas, los cuadros interiores pintados por artistas españoles, italianos y ecuatorianos; este templo se bendijo el 15 de abril de 1951, siendo su impulsor Fray Toribio López.
Es uno de los templos más concurridos por los fieles, aquí se llevan a cabo un gran número de actos litúrgicos durante todo el año.


LA MERCED


Ubicada en la calle Guayaquil y Espejo. En la presidencia de Gabriel García Moreno (año 1871), se inició la construcción de este templo. Tiene tinte neoclásico, hermosas pinturas en su interior y fue ocupado por las religiosas de los Sagrados Corazones, luego por las Hermanas de la Caridad y en 1891 fue cedido a los Salesianos de Don Bosco, donde funcionaron talleres artesanales.

SAN FRANCISCO



Está ubicada en la Av. 1ª Constituyente y Velasco. Fue fundada por la Comunidad Franciscana, es una iglesia pequeña pero que guarda gran valor histórico ya que aquí funcionaba un seminario de formación religiosa. Esta iglesia fue durante algún tiempo escenario de la vida social de los riobambeños.